Banfield campeón: un sueño que esperó por 113 años
A pesar de caer con Boca, Banfield se consagró campeón por primera vez en la máxima división del fútbol argentino.
Festejo mendocino. Cristian Lucchetti y Cristian García con la copa en la Bombonera. El arquero fue una de las figuras y el delantero hizo goles clave.Banfield se consagró campeón por primera vez en sus 113 años de historia, pese a perder merecidamente con Boca por 2-0, en la Bombonera. La estrepitosa caída de Newell's`s ante San Lorenzo por idéntico marcador en Rosario le permitió al Taladro conservar la ventaja de dos puntos y festejar ruidosamente el título. Martín Palermo anotó los dos goles de Boca, a los 7' del primer tiempo, de tiro penal, y 14' del segundo período. Así, cortó una sequía personal de 748', la más prolongada de su exitosa campaña en el club. Banfield se coronó campeón con 41 puntos, producto de doce triunfos, cinco empates y apenas dos derrotas. Fue el equipo con menor cantidad de derrotas y goles en contra (sólo once). Los números reflejan que fue un justo campeón, aunque haya tenido una mala performance en el encuentro definitorio. Los nervios que gobernaron la previa de la definición del Apertura dominaron a Banfield en el arranque e inclinaron el partido en favor de un Boca mucho más relajado y, por ende, decidido a jugar con mucha soltura y sin ningún tipo de presiones. El principal aspirante al título asumió el juego con desorden táctico e imprecisiones como contracara de un rival al que le bastó con su prolijidad para administrar la pelota, tal como se observó durante la mayor parte del encuentro. A diferencia de lo que se especulaba, el técnico Alfio Basile mantuvo la tradicional línea de cuatro defensores; ubicó a los juveniles Erbes y Colazo en los costados de la línea media y le ordenó a Marino una función de doble cinco adelantado. Con ese dibujo, Boca controló a un Banfield ansioso y lo golpeó en la primera visita al área, favorecido por una imprudencia del lateral Barraza, quien rozó con su botín derecho el rostro de Gaitán en una jugada dividida contra la línea de gol. Palermo no claudicó en su costumbre de amargar nuevamente al mendocino Lucchetti (es el arquero al que más le convirtió en el fútbol argentino con 11 tantos) y conformó a una parcialidad xeneize que pedía ganar "cueste lo que cueste" desde el principio de la jornada. Las noticias llegadas desde Rosario, que informaban sobre la derrota parcial de Newell’s, eran las únicas alentadoras para el hincha de Banfield que veía a su equipo desbordado por el devaluado aunque dominador Boca. Hasta los 30, Banfield apenas se aproximó con un par de pelotas detenidas y el local estuvo cerca del segundo a los 24 cuando Marino, tras una gran corrida y una combinación con Colazo, no alcanzó a conectar de cabeza libre frente a Lucchetti. Pero en los últimos 15 hubo síntomas de reacción, aunque insuficientes para el empate. El uruguayo Silva - goleador del campeonato - cabeceó alto a los 31', tras una triangulación entre Battión, Fernández y Quinteros. Y a un minuto del descanso, el también uruguayo “Papelito” Fernández contó con la oportunidad más clara cuando remató desviado ante la salida de Abbondanzieri una pelota que Silva le bajó de cabeza. El intento de un juego más asociado en el segundo tiempo fue un espejismo de 14 minutos para Banfield, exactamente lo que tardó Palermo en anotar el segundo, tras capitalizar una pelota en el área que introdujo Paletta y Silva no pudo despejar. En ese lapso, los dirigidos por Julio César Falcioni llevaron el desarrollo del juego al campo adversario y contaron con una cabezazo de Víctor López (7') que estuvo cerca de transformarse en el empate. El segundo gol de Palermo, al desviar un desmoralizó por completo a Banfield, cuya ilusión quedó absolutamente ligada a lo sucedido entre Newell`s y San Lorenzo. Y Bordagaray, nuevo e involuntario héroe banfileño, garantizó la gloria cuando marcó el 2-0 de San Lorenzo en el Coloso del Parque de la Independencia. Tras el segundo tanto del delantero sanlorencista, los hinchas del Taladro se deahogaron y comenzaron a festejar por anticipado, ya sin prestarle atención a lo que sucedía dentro del campo de juego. Con los resultados definidos, el partido en La Bombonera ya no tuvo interés y sólo se esperó por el final para consumar la consagración de Banfield, justificada por todo lo hecho de la primera a la penúltima fecha.
